Oí que había una fiesta en Helsinki [Finlandia], así que aproveché el evento pa conocer aquello. Tras 9 horas de viaje entre bus y barco, y con un día de retraso por quedarme a re-recorrer Tallín [Estonia] desembarqué en el puerto de la inmensa ciudad escandinava. Llegué demasiado tarde para la fiesta, pero me encontré con un panorama de festival metalero. Lo de Helsinki no es el típico grupo aislado de jevirrulos que uno puede encontrar an cualquier pueblo, sino toda la población, desde mendigos a cajeras de supermercado, cada uno disfrazado con el atuendo propio de su tendencia metalera. Y por supuesto la ciudad acondicionada al fenómeno: tiendas de instrumentos y salas de conciertos a manta, todos los postes y muros empapelados de anuncios de actuaciones, en las zonas turísticas papás noelses haciendo trash pa sacarse unos eurillos,... incluso bares sin alcojol donde pinchan sus grupos de fama internacional para menores de edad (educando a los chiquillos en el horterismo power desde temprana edad). Jamás vi nada parecido.
La ciudad... grandimma, típica moderneta europeda, pero me quedo con las bálticas. Y con las ciudades bálticas también :P